Horas más tarde, seguía despierta. Y
Javi, dormido a su lado.
No quería escribirle. No se atrevía a
escribirle. Se sentía culpable, por haberle ocultado egoístamente esa parte de
su vida. Por no haberle dejado elegir.
Pero no podía dejar de mirar Twitter.
Necesitaba saber algo de él. Las 3 y nada. Al final, tuvo que resignarse a acostarse
sin saber qué pensar ni tener nada a qué aferrarse.
Quizá no os lo he contado, pero hace
muchos días, no sé cuantos, que Nacho se despide de Eva diciéndole "Te quiero". Y ella, cada vez
que lo lee, siente un pellizco de ilusión y culpabilidad, más o menos a partes
iguales. Y siempre piensa "Yo
también". Y siempre contesta "Hasta
mañana :)" Y se odia por hacerle eso a Javi. Y se odia por hacer eso a
Nacho. Y se siente egoísta, y muy mala persona. No se reconoce. Pero es que le
quiere.
Hoy Nacho no le ha dicho que la quiere. De
hecho, es probable que ya no la quiera. O que la deje de querer en breve. Y lo
piensa y le falta el aire. "¿Dónde
me he metido?", se pregunta. Y no sabe responderse. El único
pensamiento que se repite en su cabeza es "Por
favor, no te vayas"
No hay comentarios:
Publicar un comentario