Nacho quiere ir despacio, pero cada día
que pasa los sentimientos que Eva despierta se van disparando. Diréis "Es
pronto". Diréis "No me lo creo". Diréis "Sí, claro...";
Pero Nacho, quiere a Eva.
Lo único que tiene sentido cada día es
la llegada de la madrugada para volver a hablar con ella. La llegada de esa
segunda vida, porque la primera pasa sin pena ni gloria. Ya apenas sale, sus
amigos han hecho sus vidas con sus parejas, con sus hijos... Y no tiene con
quién quedar. Su vida social se reduce prácticamente a las redes sociales, y últimamente
echa de menos el contacto con la gente, quedar para tomar unas cañas, para ir
al cine...
Pero ahora no le importa tanto. Hay un
momento del día en el que todos los focos se centran en ella. Y se sorprende el
resto del día, a cada momento, recordándola. Recordando sus conversaciones, la
sensibilidad que desprende, las risas que comparten... E imaginándola. Necesita
saber más cosas de ella, necesita verla, necesita tocarla. Necesita besarla,
pero eso ya es otra historia...