Os preguntaréis qué pasó ayer con Nacho.
¿Conocéis la sensación de fracaso total
y absoluto? ¿Sabéis lo que es recibir una noticia horrible, que no os queréis
creer pero sabéis que es cierta? Todos hemos sentido impotencia alguna vez,
todos hemos querido algo cuya obtención no dependía de nosotros. Pero la clave
está en ese "algo".
Ese algo puede ser un capricho, un
simple apetecer. También puede ser algo que quieres, pero sin lo que puedes
vivir perfectamente, o algo que deseas mucho. Pero también puede ser algo que
has convertido en el centro de tu existencia, eso que le da sentido a tu vida.
Algo que esperabas que pasara antes o después, y no te importaba tener que
esperar, pero tenías todas tus esperanzas depositadas en que fuera cuestión de
tiempo. Claro que sabías que quizá no lo consiguieras, pero tenías esa
esperanza, y confiabas en ello. Aunque a
veces te asaltaran dudas, era tu objetivo, tu meta, tu razón de ser.