sábado, 30 de septiembre de 2017

NO TE VAYAS.

Horas más tarde, seguía despierta. Y Javi, dormido a su lado.
No quería escribirle. No se atrevía a escribirle. Se sentía culpable, por haberle ocultado egoístamente esa parte de su vida. Por no haberle dejado elegir.
Pero no podía dejar de mirar Twitter. Necesitaba saber algo de él. Las 3 y nada. Al final, tuvo que resignarse a acostarse sin saber qué pensar ni tener nada a qué aferrarse.

sábado, 23 de septiembre de 2017

ANTES O DESPUÉS, LLEGÓ.

"¡Eva, cómo te he echado de menos!" "Y yo a ti". "¿Te das cuenta? Somos como una pareja pero sin serlo ¿No lo ves?". Y es verdad. Él tiene razón. Pero no puede ser, y se lo dice. Y el pregunta por qué. Porque no hay nada imposible. Puede ser difícil, pero no imposible. Si no lo intentan nunca lo sabrán. ¿Por qué no puede ser?
Y después de la espera, después de todas las horas, que se han hecho eternas, esperando que volviera, se va todo a perder en un minuto.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

SU AUSENCIA

Este fin de semana Nacho está fuera. Se ha ido con unos amigos a una casa rural y no tiene internet. No surgen muchas ocasiones como ésta y la verdad es que le apetece, pasa demasiado tiempo solo.
El viernes por la noche comienza a extrañarle, es desesperante pensar que va a estar dos días sin saber nada de él. El sábado se despierta muy desanimada. Por la mañana lo lleva más o menos bien porque el trabajo la entretiene, pero la tarde es una tortura. Parece que las horas no pasan. Pablo y Jesús están entretenidos jugando, Javi con el ordenador. Le propone ir a dar un paseo por matar el tiempo. Dan el paseo. Durante el paseo solo piensa en Nacho. ¿Qué estará haciendo? ¿Estará bien? ¿Me estará echando de menos? ¿Conocerá a alguna chica y se enamorará de ella? Sería lo mejor para todos, pero ojalá no.

domingo, 17 de septiembre de 2017

EVA QUIERE A NACHO

La relación con Javi cada vez está peor, porque si antes Javi era alguien que estaba ahí y no molestaba, ahora estorba. Y mucho.
Eva ha llegado a pensar que ojalá no existiera, porque no quiere estar con él pero sabe que no puede dejarle.
Ella siempre ha sido una buena chica, ha hecho todo lo que se esperaba que tenía que hacer, no se ha salido nunca del molde. Todos confían en ella y en su saber hacer. Sabe que no puede dejarle, es imposible. Qué pensarían sus padres, sus suegros, sus hermanas, sus amigas, sus vecinas, toda la gente del pueblo... Imposible.

martes, 12 de septiembre de 2017

DÍAS.

Al final, el fin de semana no tuvo nada que ver con lo previsto. Desde que empezaron con los mensajes el sábado por la mañana, no pararon. Llevó a los niños al parque, llevó a los niños al río... Pero sola. Javi normalmente prefiere estar a lo suyo, así que cuando Eva se ofreció para llevarlos ella, aceptó encantado. Y más encantada que él, ella. Nacho libraba también así que se tiraron todo el día hablando. Bueno, escribiendo.

lunes, 11 de septiembre de 2017

HABLAR ES SUFICIENTE

Ya a primera hora de la mañana, recibe un mensaje de Nacho. Es la primera vez que le escribe fuera de su horario normal. "Eva, perdona que te escriba a esta hora, no sé si estás ocupada, no he podido pegar ojo esta noche, me gustaría que las cosas estuvieran bien entre nosotros y no sé si estás enfadada conmigo". "Lo siento, Nacho, no tenía derecho a decirte lo que te dije. Yo no puedo darte lo que tú necesitas y tú eres libre de hablar con quien quieras. Sólo que acababas de decirme que sientes algo por mí y me había sentido especial y me pareció que quizá estabas jugando conmigo". "No me gustaría que pensaras eso, claro que eres especial. Tú eres lo más importante para mí, de verdad. Solo era una conversación tonta, en broma, una forma de pasar el rato. ¿Lo entiendes?". "No lo sé, Nacho. Nos conocemos hace poco tiempo y pareces sincero, pero no sé si puedo confiar en ti". "Puedes confiar en mí y te lo demostraré, ya lo verás". "No importa, nosotros no vamos a estar juntos". "A mí sí me importa lo que pienses de mí. Y no tengo prisa, puedo esperar." "No se trata de esperar, Nacho". "Dime que no sientes nada por mí, dímelo, Eva, y sácame de mi error. Porque yo estoy seguro de que sientes algo". "Nacho, que te digo que no puede ser, yo tengo mi vida hecha". "Bueno, Eva, vamos a dejarlo. Yo solo quiero que sepas que puedes confiar en mí, y haría lo que fuera para que me creyeras, ¿Me crees?" "Te creo". "Pues vamos a dejarlo. Vamos a seguir como siempre, a mí me basta con hablar contigo cada día".

sábado, 9 de septiembre de 2017

EL PROBLEMA.

Sí es por él. Ha pasado un día horrible dándole mil vueltas a todo, y dándole además por lo que parece un excesivo significado a las palabras que le dijo. Las ha leído una y otra vez hasta que antes de borrarlas, se las sabía de memoria.
¿Está celosa realmente? ¿O sólo le duele haberse creído especial para una persona para la que quizás es una más?
Vuelve a leer la conversación con la tuitera, y la verdad es que igual ha exagerado un poco. O no. Ese es el problema, que no sabe si puede confiar en él o no. Bueno, realmente el problema es otro. El problema es que sí, está celosa. El problema es que le importa. El problema es que se está enamorando de él. El problema no es que no sepa si puede confiar en él, sino que no se lo debería ni estar planteando...

viernes, 8 de septiembre de 2017

¡¿CELOSA YO?!

Las doce menos diez. Abre Twitter.
Antes de escribirle, se mete en su perfil para ver si ha llegado. Sí está. Sonríe. Comienza a leer lo que ha escrito hoy mientras disfruta de la certeza de saber que en unos segundos estará hablando con él.
Lee unas cuantas conversaciones con varios tuiteros. Y tuiteras. Vaya, le ha dado fav a una foto de una enseñando escote. Y eso que lee, ¿Qué es? ¿Está tonteando con otra? [Introduzca emoticono de cabreo total y absoluto]. Mira, esto es lo que le faltaba. Todos los tíos son iguales. "Jijiji" y "Jajaja". "Pues no sé de qué se ríe, no tiene ni puñetera gracia".

jueves, 7 de septiembre de 2017

UN NUEVO DÍA

Eva comienza un nuevo día con una idea presente: Recuperar lo que tenía con Javi. Pero a medida que va pasando el día, la idea se desmorona.
El pasado pesa demasiado.
Eva comienza un nuevo día pero el día no es tan nuevo. Se parece demasiado a todos los anteriores. Prisas, desayunos, cole, más prisas, trabajo, comida... Y todo lo demás. Javi a lo suyo y ella a lo de ella. Y no tiene ganas de recuperar nada. Es que no hay nada que se pueda recuperar.

martes, 5 de septiembre de 2017

EVA QUIERE A JAVI

Eva no lo sabe, porque no lo ha analizado nunca, pero esa ilusión que se llevó el amor no se fue sola. El amor no se va porque sí. El amor se va porque se cansa; se cansa de dar y no recibir.
Y no, no es culpa del cansancio ni de las preocupaciones. La vida puede ser dura y estresante, pero las vicisitudes que atraviesa una pareja unen más si se comparten.
Eva se ha acostumbrado a hacer todo sola. Decide qué van a comer mañana, cuándo hay que lavar la ropa, cuándo hay que renovar el armario de los niños. Cuándo toca limpiar los cristales, y cuándo hay que llamar a la compañía telefónica para que les vuelvan a aplicar el descuento que otra vez caduca. Controla el saldo del banco y sabe cuándo pasan el cargo del seguro del hogar, del coche, y de vida. Hace la compra, lava y plancha la ropa, lleva al día la cartilla de las vacunas de Pablo y Jesús. Los lleva al médico si se ponen malos y al parque siempre que tiene una tarde libre. Les ducha cada día y les cuenta un cuento cuando se van a dormir.

domingo, 3 de septiembre de 2017

DECISIONES

Esto se ha puesto serio. Eva no tiene que madrugar más mañana, y menos mal, porque esa noche, no pega ojo.
Nada más cerrar Twitter, se levanta a ver qué hace Javi. Bueno, a ver qué hace... Lo que hace ya lo sabe y además le da igual. Pero necesita verle, constatar la realidad que tiene delante. Intenta entablar algo de conversación pero él está concentrado en su ordenador, y tampoco se lo puede recriminar. Al fin y al cabo, cada noche siguen rutinas diferentes. Pero eso ¿Cómo empezó? Ya ni se acuerda. Quizá fue a raíz de tener a los niños, que cuando ella terminaba cada día, tan cansada, ya no tenía ganas de nada. Así fue como se fueron, alejando, supone.

sábado, 2 de septiembre de 2017

¿SABES QUE ME ESTÁS ENAMORANDO?

"Lo siento Eva, no sabes qué día he tenido..." Empiezan a hablar y los problemas se desvanecen. Al menos, hasta mañana. Charlan y bromean, siempre bromean. Compaginan la conversación en privado con algunos tuits que se van perdiendo en los TLs.
A lo largo de la noche, cada uno lee lo que ha escrito el otro durante el día. A veces es mucho, a veces es poco, pero siempre lo hacen. Es otra de esas cosas que no han acordado pero han surgido así.
A Nacho, Eva le deshace. Tanto, que después de leerla, no lo ha podido evitar.
"¿Sabes que me estás enamorando?" le ha dicho. Y ella, se ha sentido halagada y asustada por partes iguales. "Nacho..." Ha empezado a escribir, pero no sabe cómo continuar. No hace falta, él se adelanta: "No tienes que decir nada, no te preocupes. Pero necesitaba soltarlo. Cada cosa que escribes me llega al alma, cada vez que apareces me da un vuelco el corazón. Y sé que tú también sientes algo, aunque no quieras reconocerlo, es imposible que no lo sientas. Solo quiero que sepas que no tengo prisa, que puedo esperar. Pero piénsalo, por favor."

viernes, 1 de septiembre de 2017

EL QUE ESPERA, DESESPERA.

Rondando la medianoche, Eva se ha conectado como cada día. Han pasado ya diez minutos, pero Nacho no aparece. Bueno, se habrá retrasado por cualquier cosa, estará a punto de llegar. Pero pasa media hora y no llega. La una menos cuarto; nada. Eva empieza a desesperar. ¿Le habrá pasado algo? Es muy raro que no se vaya a conectar y no le haya dicho nada. Aunque en realidad no tiene que darle ninguna explicación. Puede haberle salido cualquier plan y por eso no se conecta. Pero qué desconsiderado ¿No? Vale que no hayan quedado en nada, vale que no le tenga que dar ninguna explicación, pero si hablan todas las noches, tampoco le costaba tanto avisarla. Eva se enfada. Y luego lo piensa, y cree que si no le ha dicho nada es porque no ha podido, y entonces se preocupa. Y luego lo vuelve a pensar y cree que es muy poco probable que le haya pasado algo (y eso espera) pero entonces se enfada otra vez. Como aparezca mañana tan normal no le piensa decir nada, pero vamos, que ya sabe lo que puede esperar de él. Pero ¿Y si le ha pasado algo?
Entre enfado y preocupación, Eva piensa con cierta inquietud en las ganas que tiene de verle. Quizá no sea tan malo que no aparezca, que haya un distanciamiento. Quizá la situación se le esté yendo un poco de las manos. Igual debería hacer un ejercicio: no entrar en unos cuantos días, solo para comprobar que puede hacerlo. Que por supuesto sabe que puede, faltaría más, si le conoce desde hace dos días. Pero así se lo demostraría a sí misma. Vuelve a mirar el reloj. Y nada; que no llega.