Al final, el fin de semana no tuvo nada
que ver con lo previsto. Desde que empezaron con los mensajes el sábado por la
mañana, no pararon. Llevó a los niños al parque, llevó a los niños al río...
Pero sola. Javi normalmente prefiere estar a lo suyo, así que cuando Eva se ofreció
para llevarlos ella, aceptó encantado. Y más encantada que él, ella. Nacho
libraba también así que se tiraron todo el día hablando. Bueno, escribiendo.
Por fin le ha mandado una foto. Nacho
llevaba pidiéndole una foto desde el principio, y para Eva eso suponía un paso
importante. Hasta entonces se escondía tras sus palabras, pero si él la veía se
sentía demasiado expuesta.... Al final se ha decidido. Ella sabe cómo es Nacho
casi desde el principio. Él no tiene ningún reparo en mostrarse en Twitter con
lo que ni siquiera ha hecho falta que le mande una foto. Ya no le quedaban
excusas que usar y además, iba a ser el cumpleaños de Nacho, así que ya que no
iba a hacerle ningún regalo, le pareció bonito tener ese detalle con él.
Antes de darle a enviar, hasta le
temblaba la mano. ¡Qué nervios! Pero le dio. Ya no hay vuelta atrás. Ahora su
"relación" parece más real aun. Y eso le da un poco de miedo.
Hace casi tres meses que hablar
diariamente. Qué diariamente. Varias veces al día. En cada oportunidad. Al
entrar al trabajo. A la salida. Los mensajes son constantes. Eva se escapa al
baño, a la habitación, a la cocina, a la terraza, donde sea, para poder
contestar a un "¿Cómo estás?"
o a un "Hace mucho que no sé de ti,
te echo de menos". "Es que
estaba muy liada". Nacho nunca lee un "Yo también".
Es emocionante para Eva, aunque sabe que
no es justo. Nacho ya le ha dicho que la quiere. Y Eva quiere a Nacho, aunque
no pueda decírselo.
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