Eva comienza un nuevo día con una idea
presente: Recuperar lo que tenía con Javi. Pero a medida que va pasando el día,
la idea se desmorona.
El pasado pesa demasiado.
Eva comienza un nuevo día pero el día no
es tan nuevo. Se parece demasiado a todos los anteriores. Prisas, desayunos,
cole, más prisas, trabajo, comida... Y todo lo demás. Javi a lo suyo y ella a
lo de ella. Y no tiene ganas de recuperar nada. Es que no hay nada que se pueda
recuperar.
Se pregunta cómo se sentirá Javi. Y en
realidad, sabe cómo se siente Javi. Javi está bien, vive tranquilo, tiene unos
niños felices y una mujer que se encarga de todo lo que a él no le apetece
hacer. Tiene tiempo para sus hobbies y no es una persona que tenga vicios caros;
tiene sus necesidades cubiertas y una vida muy cómoda. Y no parece que le haga
falta nada más.
Eva sí necesita algo más, pero se tendrá
que conformar con lo que tiene.
Y ese algo más... Ese algo más ahora
mismo es Nacho. Y sabe que tiene que renunciar a él, pero es que no quiere, o
no puede. Lo que sea.
Durante el día ha decidido 27 veces que
no va a entrar en Twitter esa noche y otras 27 veces que sí. Ha pensado que va
a entrar y se va a despedir diciéndole que no siente nada pero que no quiere
alimentar ese sentimiento que nunca va a poder corresponder. Luego que le va a
decir lo que siente, pero que se va a despedir igualmente. Luego se ha
imaginado dejándolo todo por Nacho y se ha sentido feliz, aunque fuera de
mentira. Luego ha pensado en Javi y ha sabido que nunca sería capaz de hacer
algo así. Luego ha mirado el reloj y ha visto que solo eran solo las 22:30 y lo
único que ha deseado es que den las 00:00 ya. Entonces se ha dado cuenta de que
Nacho no puede desaparecer así como así de su vida. Tiene que ponerle fin a
esto, pero ahora mismo es incapaz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario