sábado, 9 de septiembre de 2017

EL PROBLEMA.

Sí es por él. Ha pasado un día horrible dándole mil vueltas a todo, y dándole además por lo que parece un excesivo significado a las palabras que le dijo. Las ha leído una y otra vez hasta que antes de borrarlas, se las sabía de memoria.
¿Está celosa realmente? ¿O sólo le duele haberse creído especial para una persona para la que quizás es una más?
Vuelve a leer la conversación con la tuitera, y la verdad es que igual ha exagerado un poco. O no. Ese es el problema, que no sabe si puede confiar en él o no. Bueno, realmente el problema es otro. El problema es que sí, está celosa. El problema es que le importa. El problema es que se está enamorando de él. El problema no es que no sepa si puede confiar en él, sino que no se lo debería ni estar planteando...

Mañana se van al pueblo de unos tíos muy cercanos de Javi a pasar el fin de semana y no hay nada en el mundo que le apetezca menos. No tiene la cabeza ella ahora para poner buenas caras y para charlar de temas que no le importan en absoluto. Ella ahora mismo solo puede pensar en Nacho. Aunque por otra parte, quizá le venga bien cambiar de aires, aprovechar para desconectar un poco. En lugar de pasar los dos días encerrados en casa, pueden llevar las raquetas y aprovechar para jugar con los niños al tenis, o echar ellos un partido, que hace mil años que no lo hacen. Pueden bañarse en el río, dar un paseo por la ruta fluvial... Acercarse a casa de alguna de las vecinas que tienen ganado para enseñárselo a los niños... Incluso el sábado por la noche podrían ir ella y Javi a algún pub del pueblo de al lado a tomarse algo. ¿Cuándo fue la última vez que salieron? Ni idea.
No le apetece nada, pero las obligaciones familiares son las obligaciones familiares, y ya que hay que ir, va a intentar disfrutarlo.

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