No abrió Twitter en dos días. Mentira.
Lo abrió pero no dejó notar su presencia. Ni un tuit, ni un fav... Ni
muchos menos contestar a Nacho. Desde que recibió el mensaje, sentía que estaba
haciendo algo malo. Y en realidad, no sentía nada por él; a excepción de
simpatía, claro. Y se sentía halagada. Porque tenía que reconocerlo: Aunque el
sentimiento no fuera mutuo, le agradaba saber que había despertado ese
sentimiento en un desconocido... Si es que no se trataba de una vulgar treta
para llevarla a la cama. Ahora mismo, Nacho estaba en "en grupo de los
dudosos", pero a pesar de las reticencias de Eva para fiarse de alguien
demasiado pronto, algo la empujaba a hacerlo. Aun así, fiel a sí misma, decidió
no confiarse. Y de todas formas ¿Qué más daba? Nunca iba a pasar nada entre
ellos, solo tenía que decirle que estaba casada y tenía dos hijos y todo se
quedaría en la declaración de intenciones de Nacho.
Sin embargo, habían pasado dos días y no
le había contestado. Y no parecía tan difícil. Entonces ¿Por qué no lo hacía?
Pues probablemente, porque hacía demasiado tiempo que no se sentía deseable,
que no despertaba un sentimiento intenso en otra persona y la sensación era muy
agradable. Y no quería que desapareciera así, sin más, ya, en ese instante. Aunque
sabía que no iba a pasar nada entre ellos, no quería espantarle.
Y se sentía culpable por no contarle
nada a Javi, que permanecía ajeno a la existencia de esa persona que rondaba en
su cabeza.
Míralo ahí, jugando con la Play, sin más preocupaciones que
enterarse de cuándo saldrá el nuevo FIFA .
Pero todo el mundo necesita su parcela
de intimidad, sus pequeños secretos, y al fin y al cabo, no iba a pasar nada
entre ella y Nacho, así que si lo pensabas bien, no había nada que le tuviera
que contar.
Eva se gira un poco en el sofá para que
la pantalla del móvil no quede al alcance de la vista de Javi, y abre el mensaje
de Nacho. Y escribe: "Lo siento... Tengo pareja".
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